Para sorpresa de los Sudamericanos, en el mismo Brasil ahora se celebra el segundo rodeo más grande del mundo, Brasil se viste de cowboy. Pero que debemos saber más de esto?





Mantenerse encima de un toro girando y brincando en el aire no es tarea fácil. Además de una gran forma física, se necesita una gran fortaleza mental para practicar una disciplina en la que la vida está en juego.
Algunos niños brasileños practican desde los 8 años para ir aprendiendo el oficio. En la imagen, un niño cabalga una oveja en el recinto del Peao chico dedicado a los más pequeños.
El estadio del rodeo diseñado por el reconocido arquitecto Oscar Niemeyer, con capacidad para 50.000 personas, se convierte en una gran fiesta en la noche cuando grupos de sertaneja (música country brasileña) suben al escenario y los espectadores bajan a la arena.
La Festa do Peao es una celebración de la cultura vaquera de las regiones del interior de Brasil. El estilo cowboy es un seña de identidad para la que no hay edad.
Las mujeres participan también en el rodeo en una disciplina llamada «carrera de barriles»: una carrera cronometrada entre tres barriles a lomos de caballos.
En el recinto del festival es posible encontrar prácticamente de todo: chalecos de piel de anaconda, botas hechos con escamas de pez del Amazonas e incluso, como en la imagen, cabezas disecadas de toros para adornar el salón.
Una gigantesca estatua de metal de un cowboy de 27 metros de altura da la bienvenida al recinto del rodeo. Posar delante de ella es casi requisito obligado para todos los visitantes al festival.
El recinto del festival ocupa una extensión de 300 hectáreas. Cerca del estadio, un camping y varias posadas sirven para alojar al millón de personas que pasan por aquí durante los diez días que dura el evento.(Fotos y textos: Rafael Estefania).