En Sudáfrica, en una prisión de máxima seguridad, a los reclusos se les permite cuidar de frágiles aves; aunque para esto los escogen paulatinamente, y luego de pasar por una especie de periodo de prueba.
Dicen que los pájaros «enseñan» a los delincuentes a regenerarse. Quién sabe, tal vez esto es así, pero igual se ve un poco raro 😀














