Siempre se ha escuchado que la esperanza es lo último que se pierde; pero considero que no es solo eso, también la sensibilidad por nuestros semejantes.
Un claro ejemplo se sensibilidad humana vivió un hombre llamado Lee Bondurantes, de 51 años de edad que padece parálisis cerebral. Él salió a almorzar con su madre, pero debido a las dificultades de precisión con sus movimientos, le es bastante difícil comer, aunque en su casa lo hace por su cuenta.

Lo grandioso sucedió cuando este hombre salió a cenar con su madre, uno de los meseros hizo algo que nadie esperaba, mucho menos él. Lo que sucedió fue que el mesero se acercó e insistió en ayudar a Lee a comer. La madre quedó sorprendida por la acción del mesero.

Por su parte, el gerente del restaurante donde cenaron, dijo que estaba bastante orgulloso de tener a trabajadores como Five, quienes demuestran totalmente su humanidad y amor cuando ayudan a los clientes de cierta manera.

