Bueno… la esencia de esta historia es que el Banco ganó una demanda contra su cliente. El tribunal ordenó a la parte perdedora a pagar 10.000 yuanes. El cliente, obviamente ofendido, decidió acatar la orden, no sin antes aprovechar jugarles una pequeña broma-venganza, pagando la deuda en miles de monedas pequeñas. Horrendo dolor de cabeza para los cajeros 😀






